Para nadie es un secreto que brindar una excelente experiencia al usuario por medio de las plataformas sociales es una garantía de que probablemente consumirá nuestro contenido, para llegar a ser un cliente potencial a largo plazo.
Así que, entre mejor sea la propuesta gráfica de tu empresa, más posibilidades tienes que se identifiquen y se sientan a gusto con la marca.
Ahora bien, el diseño comprensible, es decir, aquel que simplifica la estructura del producto y logra expresar una clara función, es mucho más acertado que uno estético. Esto se debe a qué visualmente es más llamativo, lo que duplica su efectividad.
Hay varias formas de captar la atención del usuario, entre ellas se encuentra la claridad en la transmisión de un mensaje o la presentación del mismo; no todos los cibernautas entienden la información de la misma manera.
Entre más atención se tenga, mayores serán los resultados concretos; como en el caso de los empresarios que desean convertir las visitas en ventas.
A menudo, somos atraídos por imágenes impactantes, diseños audaces y efectos creativos. Sin embargo, antes de implementar estos elementos en una campaña publicitaria, debemos analizar la legibilidad del contenido y el mensaje que se desea proyectar.
En pocas palabras, se necesita indagar a profundidad sobre la información que será brindada. Es igual de importante el mensaje al cómo se presenta.
¿Tienes una comunicación clara, pero, no sabes qué tan indicado es para tu público objetivo?
Existen métodos sencillos para verificar si un mensaje es el adecuado o si debe ser modificado. Uno de ellos es mostrar el diseño a un tercero y solicitar su opinión. Podemos empezar con personas de confianza, como, por ejemplo: familiares, amigos o compañeros de trabajo.
Sin embargo, lo ideal es identificar al público al que queremos dirigir el anuncio o la web y hacer una prueba con el mismo.
Por ejemplo, si nuestro objetivo es promocionar un plan de seguro funerario para mascotas, es recomendable que la persona que evalúe la publicidad tenga una en casa.
Una prueba adicional puede ser mostrar el anuncio a niños y adultos mayores, ya que hacen parte de diferentes generaciones, lo que significa, que la información puede ser interpretada de formas distintas. Aunque asumamos que el mensaje es claro, siempre habrá quienes lo entiendan de manera completamente distinta.
Esta estrategia es la mejor manera para analizar como nuestra marca está siendo observada por el usuario en las diferentes plataformas online. Además de evaluar si la campaña, elemento o plataforma logra el propósito deseado.
Para ello, se utilizan diversas técnicas de experiencia de usuario, como: el A/B testing, que consiste en probar dos versiones del mismo diseño. Es decir, se muestra a diferentes personas y se analiza el impacto en función del objetivo planteado.
En el proceso existen tres herramientas útiles, si hablamos de diseño, contamos con Maze, esta plataforma nos permite cargar los prototipos generados con otros software, como Figma, y enviarlos a varias personas para que realicen tareas específicas. Lo cual nos ayuda a evaluar y verificar qué tan acertado es para los usuarios.
Ahora bien, en cuanto a los sitios web, tenemos Google Optimize; el cual permite probar resultados con tráficos diferentes. Así, si no estás seguro de qué palabra, frase o imagen utilizar, esta herramienta facilitará el proceso de selección.
Finalmente, las campañas en redes sociales también ofrecen la posibilidad de testear los resultados de la publicidad. Como hemos mencionado, el diseño más atractivo no necesariamente es el mejor. Experimentar con el objetivo de optimizar los resultados es parte de la mejora continua y de la eficiencia en los esfuerzos de marketing.
Si te interesa este proceso con tu empresa, escríbenos al correo: ventas@primernombre.com estaremos encantados de ayudarte.