Hoy día la publicidad es necesaria para cualquier empresa, aunque antes de ser aplicada como una estrategia surgen algunas preguntas en cuanto a este tema, y una de ellas es ¿la publicidad es un gasto o una inversión?
Pues bien, muchos empresarios se han dado cuenta que destinar un presupuesto mensual para promocionarse es necesario, sin embargo, es aquí donde surge la duda: ¿cómo determinar sus resultados? y es allí, cuando se debe crear el objetivo de dicha planificación de marketing.
Primero, pensemos cuál es el fin del dinero a invertir, es decir, nos enfocaremos a obtener mayor alcance, aumentar el número de seguidores, incrementar ventas, conseguir nuevos clientes, generar recordación, entre otras. Pero, independiente del que le apuntes, ten presente que, sin un objetivo claro, perderemos dinero.
Algunos piensan que hacer parte del mundo digital es un gasto porque se les dificulta establecer si los esfuerzos están dando resultados o en qué medida están siendo efectivos para su negocio.
Pero ignoran que existen grandes ventajas como que más personas conocerán los productos o servicios que vendes y esto atraerá nuevos clientes, y que, a la vez, es posible conocer aspectos concretos de utilidad en el crecimiento de su empresa.
Así que antes de comenzar a pagar por publicidad, ten los objetivos claros. La mayoría piensa de inmediato en aumentar las ventas, sin embargo, existen otros propósitos como el reconocimiento de marca o fidelización de cliente incluso el mejoramiento de la reputación. Aspectos que, por ende, pueden incrementar tus ingresos de manera más eficiente.
Recuerda que las metas te permitirán establecer acciones concretas y coherentes para poder alcanzarlas.
Si sabemos que deseamos aumentar ventas, las primeras preguntas por resolver serían: ¿cómo y por dónde se van a cerrar? Comencemos por el canal de comunicación que se empleará, es decir, elegir si será material impreso; medios tradicionales (radio, televisión, prensa); internet, o una combinación.
Como vemos actualmente la sociedad está sumergida en el ciberespacio, que se puede dividir entre las conocidas redes sociales, motores de búsqueda, sitios web, correos electrónicos, canal de videos, entre otros. Acá toca detenerse y pensar: ¿cuál de todos estos canales daría mejor resultado, de acuerdo a mi negocio?
No obstante, es necesario realizar pruebas, no basarnos en supuestos, sino en los datos para corroborarlos, pero si no hay presupuesto para experimentar, podemos realizar análisis y estudios de tendencias.
Y posteriormente, ir optimizando las campañas publicitarias de acuerdo a las cifras de los informes, y si en el caso que la estrategia no de los resultados esperados no quiere decir que la publicidad no sirva, sino que es necesario probar nuevas formas que permitan alcanzar las metas planteadas, y los datos pueden ser de gran ayuda.
En palabras técnicas es plantear una hipótesis, diseñar el proceso de recolección de información y verificar si cumple con la hipótesis inicial. Ejemplificando podemos decir que, si queremos aumentar las ventas en un 10% con una inversión de X valor, por medio de campañas en redes sociales, se hace necesario tener claro la forma en que mediremos ese incremento asociado a la publicidad.
Posteriormente, si el resultado da 10% o más significa que se tuvo éxito, pero si las ventas incrementaron por debajo de ese valor, es necesario reevaluar la estrategia y acá es donde la retroalimentación juega un papel fundamental.
Varias son las razones, una de ellas, podría ser que el presupuesto invertido fue muy bajo, otra que la publicidad no llego al cliente indicado, tres que las redes sociales no eran el canal indicado, sino los motores de búsqueda, y así sucesivamente pueden existir otras más que van incluso desde el mensaje o la marca proyectada.
Lo importante es ir aprendiendo de cada nueva campaña publicitaria o de manera más general, del gasto, hasta comprender que es lo que funciona y nos brinda resultados a largo tiempo.
Cuando se tiene claridad de lo que se necesita para alcanzar los objetivos hablamos de inversión y cuando es medible. Por eso es viable decir, que un incremento en el gasto publicitario trae un aumento en los resultados de la empresa y esto se conoce como el retorno de la inversión o ROI, que significa: cuántos pesos gano, por cada peso invertido en publicidad.